Si utilizas corbata a menudo, ya sabrás lo importante que es saber guardarlas correctamente para que no se deformen y terminen estropeándose. Lo cual nos duele más todavía si se trata de corbatas personalizadas que hemos encargado a nuestro gusto y que resultan más difíciles de conseguir. Si las guardamos bien, no solamente lograremos que mantengan su forma original, sino que además estarán perfectas para ser usadas cuando las necesitemos, sin una sola arruga. Por eso, a continuación te traemos algunos consejos para guardar tus corbatas y que se mantengan impecables.
1. Apenas te quites la corbata del cuello, debes guardarla en su lugar correspondiente y no dejarla tirada en una silla o en la cama. Ten en cuenta que las telas de las corbatas suelen ser muy delicadas, por lo que la luz natural y el polvo pueden terminar por arruinarlas. Si la colgamos correctamente, conseguiremos que la marca del nudo desaparezca más rápidamente. La forma más correcta de desarmarla es siguiendo los pasos contrarios a los que hemos realizado para hacer el nudo.
2. Si quieres que tus corbatas estén perfectas y duren mucho más tiempo, lo más recomendable es conservar la funda de celofán en la que vienen cuando las compramos. Cada vez que te quites la corbata o la hayas lavado, deberás meterla en la funda, sin importar que vayas a colocarla en un corbatero o en una percha, o guardarla en un cajón.
3. Para mantener tus corbatas en perfecto estado, no solamente es importante que se guarden correctamente, sino también que sepamos cómo llevarlas. El momento en el que más sufre la corbata es cuando hacemos el nudo. Intenta no apretarlo demasiado para no estropearla. Además de esta forma irás más cómodo. Por supuesto, jamás debes dejar el nudo hecho para el día siguiente, un consejo muy importante tanto para que no se deforme como para ir practicando cada vez que tengamos que volver a ponérnosla.
4. Nunca te quites la corbata tirando de la parte más fina del nudo. Es cierto que es la manera más cómoda y sencilla, pero debes tener en cuenta que, a largo plazo, solamente conseguirás que se vaya deformando, arrugando y estropeando.
Para enrollar la corbata sujeta el extremo más fino en una mano con los dedos y deja que el resto caiga sobre la mano. Gira la corbata ajustándola alrededor de tu mano, teniendo mucho cuidado de que no se formen pliegues mientras lo haces. Después, desliza la corbata de tu mano en el lugar donde vayas a meterla dentro de la maleta. Si aun así, se arrugan un poco, puedes colgarlas en el baño cuando vayas a ducharte para que el vapor haga su trabajo.